Este libro virtual se llamó en un principio "Obras Escogidas - I", por aquello de que toda selección es una elección. También se hubiera podido llamar "15 cuentos en busca de un editor", pero no sería un título sincero ya que ni mis cuentos ni yo nos hemos abocado en algún momento a esa tarea. Al final, se llama como se llama porque así se llama. Sea como sea, aquí está mi primer libro de cuentos. Pase y lea, es gratis.

¿Es tan difícil entender eso?

Ella dijo: “¿Quieres hacer el favor de callarte, por favor? Ya me tienes harta con tus ironías y tus indirectas. ¿Hasta donde piensas llegar con eso? Insistes una y otra vez con lo mismo. ¿No te das cuentas de que aburres? Sí, aburres y aburres mucho, Dios bien sabe cuanto aburres. ¿A quien piensas convecer con esos comentarios agresivos? En realidad logras el efecto contrario al que te propones. Generas rechazo ¿No te das cuenta? No, claro que no te das cuenta, es por eso que sigues y sigues con tus ironías. Una y otra vez y otra vez de nuevo. ¿Estás buscando que me harte de ti? Pues ya lo has logrado, así que basta. Date por satisfecho y déjame tranquila. Olvídame ¿Quieres? Tan sólo eso: olvídame y haz tu vida como si yo nunca hubiera existido, que eso es lo que haré yo de ahora en más. Por eso te advierto: no gastes tu tiempo contestándome. No te escucharé, no te leeré, ni siquiera te miraré. A partir de ahora serás transparente para mí, serás como un vidrio inmaculado, miraré a través de tí sin verte. ¿Lo entiendes? ¿Entiendes de lo que hablo? ¡Santo Dios! Dices que lo entiendes pero continúas con tu cantinela... ¿Qué tengo que hacer para que me dejes tranquila? Te creía más inteligente. ¿Sabes? Además de hastiarme me has decepcionado. ¿Nunca has escuchado el refrán? ¿Por qué entonces sigues respondiendo necedades? Deja eso ya, cállate de una buena vez, vive tu vida, sé feliz, olvídame, por favor, olvídame. No te amo. No quiero saber de tí nunca más. ¿Es tan difícil entender eso?”
Él la miró a los ojos, pero no le dijo nada. Aquella mujer hablaba en serio, y al fin de cuentas tal vez tuviera razón. Se dio media vuelta y se fue. Ella continuó pidiéndole que se callara hasta mucho rato después de que él se fuera. Para ese entonces él ya la había olvidado.